A fines del siglo XIX y comienzos del XX surgió la llamada “Cuestión Social” como resultado de la gran inmigración campo-ciudad. La Ciudades no estaban preparadas para recibir a esta población, lo que produjo una serie de problemas, tales como la falta de viviendas dignas. Los sectores populares vivían en condiciones muy precarias, hacinados, sin red de alcantarillado, con falta de ventilación e iluminación.
Frente a esta situación surgen iniciativas tanto privadas como públicas, para mejorar la calidad de vida de estos sectores. Dentro de los esfuerzos realizados, la Población Papelera constituyó un ejemplo en lo que se refiere a viviendas sociales.
En 1932, la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones dio a conocer su proyecto de construcción de una población modelo para sus trabajadores, destinando cuatro millones de pesos de la época para su materialización. A fines de octubre de 1933 se inició la construcción de la Población Papelera, conformada por 262 casa de un piso, de cemento, que comprendían desde una a cuatro habitaciones.
Cada casa poseía todas las instalaciones, como cocina económica, baño con lavatorio, taza y ducha. Además, contemplaba un patio destinado a un huerto o jardín, y muchas de ellas contaban con un gallinero. Sus Jardines presentaban un cuidadoso trabajo de mantención, e incluso se efectuaron concursos de jardines y huertos. Las calles de la población eran amplias, con árboles de acacias y en el centro había una plaza con juegos infantiles.
En la actualidad, la población papelera mantiene sus características originales y la mayor parte de las casas se conservan sin alteraciones, preservando el espíritu de la época en que fueron construidas.